Había dos pavorreales que discutían entre sí para probar quien era aquel que poseía el plumaje más hermoso y, por ende, sería el preferido de las hembras de su especie.
Después de mucho discutir, al final uno de los pavorreales ganó la disputa y hechó al otro fuera de su territorio, el cual, resignado, se retiró lejos de la colonia ocultándose entre arbustos y matorrales.
En cambio, aquel pavorreal que resultó vencedor, estaba tan orgulloso de su triunfo que desplegó su bello plumaje y salió a la pradera para hacer ostento de su éxito.
Sin embargo, no pasó mucho tiempo cuando un halcón que al ver aquel bello plumaje se sintió tan atraído que inmediatamente se abalanzó sobre él para hacerlo su presa.
Desde entonces, el pavorreal que había sido expulsado volvió a la colonia y se convirtió en el líder de la misma.
Moraleja: no es bueno presumir y hacer alarde de tus éxitos, pues siempre habrá quien pueda arrebatártelos.
Ta bien