Fábula El león que iba a la guerra

Una fábula corta de La Fontaine que nos habla sobre la manera de usar nuestras debilidades a nuestro favor.

En algún momento, el león, rey de la selva, decidió comenzar una guerra en las tierras vecinas. Deseaba extender su reino y gobernar en lugares más extensos.

Para poder llevar a cabo su idea, tenía que preparar una tropa que fuera fuerte. Dio orden de reclutar a todos los animales habitantes de su reino.

Al reunirlos todos, les habló de su idea y comenzó a asignar a cada uno un puesto dentro de su ejército. Dio tareas según la naturaleza de cada animal.

Escogió al elefante para encargarse de llevar las armas en su lomo fuerte y amplio; el oso por su gran tamaño fue seleccionado para ir al frente del pelotón; al zorro le dio la tarea de encargarse de la parte diplomática; y el leopardo, con su gran sigilo, entraría por la retaguardia para sorprenderlos.

Cuando ya la mayoría de los animales sabía cuál sería su misión, una voz se escuchó alzarse:

¡Oh mi rey, yo recomendaría que no incluya ni a los burros, ni a las liebres en esta guerra! ¡El burro es poco astuto y la liebre es fácil de atemorizar!

El León buscó a todos lados e interrumpió para responder:

¡Estás equivocado! Por supuesto que ellos serán parte de mi regimiento, sin ellos no estaríamos completos. El burro será quien asuste al enemigo con sus rebuznos y la liebre, por su rapidez, será quien entregue el correo.

Moraleja: Hasta una desventaja se convierte en virtud cuando es bien utilizada.

3 comentarios en «Fábula El león que iba a la guerra»

  1. Las actividades gerenciales que tiene el leon es no “discriminar” a cualquier animal por cómo sea su cuerpo y menospreciarlo por cómo es físicamente.

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