Fábula La cigarra y la hormiga

Esta fábula clásica forma parte del catálogo de Esopo. Nos habla sobre el valor del esfuerzo.

El prevenir nunca está demás…

Una hormiguita muy trabajadora, se encontraba caminando entre piedras, ramas y pasto. Tenía una labor muy importante que cumplir, recolectar todos los granos necesarios para alimentarse durante el invierno. Sabía que en ese tiempo nada podía hacer.

En su trayecto, se topó con una pequeña cigarra cantando alegremente, y ejecutando el violín; sin duda alguna, amante de la música. Pero, no pensaba en aquellas cosas que eran fundamentales. Cuando veía pasar a la hormiga, junto a todas sus compañeras recogiendo alimento, solía decirles con un tono burlón:¿Para qué trabajan tanto?

Terminado el verano, la cigarra desesperada y hambrienta… fue al hormiguero y exclamó:

– ¿Pueden ayudarme? No tengo nada para comer.

La hormiga le contesto: – ¿Qué hiciste tú en el verano?

– Me ocupé en cantar; es lo que hacemos nosotras a diario. Respondió la cigarra con total seguridad.

La pequeña hormiga la miró con una gran sonrisa, y pronunció con ironía:

– Como cantaste todo el verano, pues ahora baila en el invierno.

Moraleja: Las cosas no llegan solas, esfuérzate por lograr lo que necesitas y deseas. Ya verás los frutos en su debido tiempo.

2 comentarios en «Fábula La cigarra y la hormiga»

  1. Me parece que la cigarra hizo lo que todo niño debe hacer en la infancia, jugar, cantar y bailar.
    La hormiga envidiosa de su alegría se jacta al verla pidiendo comida.
    No veo la gran enseñanza en esta fábula al contrario.

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